miércoles, 11 de febrero de 2015

Sistema de conducción del corazon


Sistema de conducción del corazón
La sangre cuyo contenido de oxígeno ha quedado parcialmente agotado, y cuyo contenido de dióxido de carbono ha aumentado como resultado del metabolismo tisular, regresa a la aurícula derecha. Esta sangre a continuación entra en el ventrículo derecho, que la bombea hacia el tronco pulmonar y las arterias pulmonares. Las arterias pulmonares se ramifican para transportar sangre hacia los pulmones, donde ocurre el intercambio de gases entre los capilares pulmonares y los sacos aéreos (alveolos) de los pulmones. El oxígeno se difunde desde el aire hacia la sangre capilar, mientras que el dióxido de carbono se difunde en la dirección opuesta. Por consiguiente, la sangre que regresa a la aurícula izquierda por medio de las venas pulmonares está enriquecida en oxígeno y parcialmente desprovista de dióxido de carbono. La vía de sangre desde el corazón (ventrículo derecho), a través de los pulmones, y de regreso al corazón (aurícula izquierda) completa un circuito: la circulación pulmonar. La sangre rica en oxígeno en la aurícula izquierda entra al ventrículo izquierdo y es bombeada hacia una arteria elástica de calibre muy grande: la aorta. La aorta asciende una distancia corta, hace una vuelta en U, y después desciende a través de las cavidades torácica y abdominal. Las ramas arteriales provenientes de la aorta suministran sangre rica en oxígeno a todos los sistemas y, así, forman parte de la circulación sistémica. Como resultado de la respiración celular, la concentración de oxígeno es más baja y la de dióxido de carbono es más alta en los tejidos que en la sangre capilar. Así, la sangre que drena desde los tejidos hacia las venas sistémicas está parcialmente desprovista de oxígeno, y tiene contenido aumentado de dióxido de carbono. Dichas venas finalmente se vacían en dos venas grandes  las venas cava superior e inferior  que regresan la sangre con bajo contenido de oxígeno a la aurícula derecha. Esto completa la circulación sistémica: desde el corazón (ventrículo izquierdo), a través de los sistemas, y de regreso al corazón (aurícula derecha). Las numerosas arterias y arteriolas musculares de pequeño calibre de la circulación sistémica presentan mayor resistencia al flujo de sangre que las que están en la circulación pulmonar. Pese a las disimilitudes de resistencia, el índice de flujo sanguíneo a través de la circulación sistémica debe coincidir con el índice de flujo de la circulación pulmonar. Dado que el ventrículo izquierdo desempeña más trabajo que el ventrículo derecho (por un factor de 5 a 7), no sorprende que la pared muscular del ventrículo izquierdo sea más gruesa (8 a 10 mm) que la del ventrículo derecho (2 a 3 mm).



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